El desconocido misterioso
En la oscuridad apareció, cuando llegó la luz, se había ido.
– Hermano, ¿crees en ángeles?
– No, no creo, me contestó muy directamente mi amigo, – ¿por qué? ¿Tú sí?
– No, nooo, bueno…, no sé, es que… hay una historia…
– ¿Qué? ¿Te contaron una historia de ángeles?
– No, no me la contaron, me pasó a mí, bueno, a unos amigos y a mí, hace mucho tiempo, y necesito contarla, ¿me escuchas?
– Sí, dale…
– El caso es que, como te decía, hace mucho tiempo, regresábamos de visitar unas amigas que vivían en un lugar al cual, para llegar, se debía salir de la autopista y recorrer aproximadamente medio kilómetro por un camino de tierra.
– A los lados del camino no había mucho, bastante vegetación, en todo caso, y unas pocas casas.
– Había ya oscurecido y estábamos en una camioneta grande, creo que era una silverado, íbamos en la cabina 3 personas , cuando a unos 200 metros de la salida a la autopista, nos pidió aventón un borrachito.
– Contentos como íbamos, paramos para que se subiera al balde, el borrachito quiso subirse adelante, pero se lo impedimos.
– No, si quieres te llevamos, pero súbete atrás.
– Se subió el borrachito y partimos, aún conversando y riéndonos, cuando de pronto, 10 o 20 metros más adelante, en un lugar donde no había nada alrededor, salió una humareda por debajo del capó.
– Asustados, nos bajamos y lo abrimos, tan solo para asustarnos aún más cuando vimos una llamarada en los cables que pasaban cerca del filtro de gasolina.
– Sin pensar lo que hacía, me saqué la chompa y …
– ¿La qué? – dijo mi amigo que no es ecuatoriano
– La chamarra, chaqueta,…
– Ah
– Decía que me saqué la chompa y la lancé sobre el fuego para extinguirlo; el resultado, una chompa quemada y el fuego avivado.
– Del susto no nos habíamos dado cuenta, que el borrachito se había bajado de la camioneta y estaba junto a nosotros, tan solo lo recordamos cuando se lanzó hacia los cables, con las manos desnudas y los apagó.
– Sin saber que hacer, casi en pánico, nos pusimos a revisar si había más fuego en otras partes del vehículo y cuando estuvimos convencidos de que no había más, regresamos a ver a nuestro salvador para ayudarle…
– …pero ya no estaba …
– Lo llamamos, buscamos y esperamos, pero no lo volvimos a ver. Y aún me pregunto, cómo una persona con las manos quemadas, desaparece en un lugar solitario, sabiendo que tenía cerca a 3 personas que hubieran hecho lo que sea por ayudarlo, aún más, después del sacrificio que hizo por nosotros…
– Siento que hay algo más que me quieres decir
– Aún hoy, tantos años después, cuando eventualmente nos reunimos quienes estuvimos ahí, después de varias horas de risas, siempre acabamos sentados, mirándonos unos a otros, recordándolo en silencio, agradeciendo no solo lo que hizo, sino también la manera en que nos cambió a todos..
– Y, ¿Sugieres que era un Ángel?
– Bueno, me pregunto qué hubiera pasado si no estaba, estaríamos nosotros aún reuniéndonos y recordando la historia? ¿Estaría contándote historias este mismo momento? ¿Si creo que era un Ángel, dices? no lo sé…, bueno sí, finalmente sí, pero, ¿tú,qué opinas?
Historias de un Genio.
Una figura brillante pero esquiva, El Genio personifica la dualidad entre creatividad y misterio. A veces perezosa y juguetona, disfruta provocando a su escritor, lanzándole historias, opiniones y capítulos en los momentos menos oportunos, solo para reírse de sus frenéticos intentos por atraparlos. Trabajando mayormente en soledad, moldea silenciosamente mundos en su mente, siempre reflexionando sobre la delgada línea entre la locura y el genio. Su talento innegable solo es igualado por su curiosidad introspectiva, convirtiéndola en una libre pensadora que desafía constantemente los límites de lo posible.
¿Estás disfrutando esta historia? Descubre muchas más:

¿Disfrutaste esta historia? ¡Subscríbete para descubrir más cuentos y contenidos exclusivos!